jueves, 9 de mayo de 2013

Soy de la Generación Y, quiero desarrollarme profesionalmente, ¿me ayudas?. PARTE II

 ¿Vagos o Desmotivados? 

Imaginaos la siguiente escena: Pedro y Paula, ambos de 28 años de edad, trabajan como Community Managers en una Agencia de Marketing Online. Son las 9.00 de la mañana de un lunes cualquiera y después de chequear su correo electrónico profesional, para comprobar si hay algún asunto urgente, ambos empiezan a navegar por sus redes sociales personales, después pasan a buscar ofertas de empleo relacionadas con su perfil, posibles destinos para sus vacaciones, etc..... A las 11.30, bajan a desayunar y vuelven a la oficina 1 hora después. Entonces el pensamiento que les viene a la cabeza es que "ya es hora de ponerse a hacer algo productivo, si no quieren que su jefe les pida explicaciones". Llega la hora de la comida, se van juntos a comer y la única conversación que surge, trata sobre las pocas ganas que tienen de trabajar, lo que les cuesta cada día levantarse para ir a la oficina, las ganas que tienen de que llegue el viernes….(recuerdo que estábamos a lunes…) y esta situación se repite día tras día, hasta que por fin llega el ansiado viernes.

Por otro lado Ángel, de 45 años de edad, es Director de Marketing Online en la misma agencia a la que pertenecen Pedro y Paula. Él se pasa la mayor parte del tiempo en reuniones fuera de la oficina, algunas de ellas reales y otras son excusas para "liberarse". Cuando vuelve, se dedica a tratar temas personales que le ocupan casi todo el día.

¿Qué os parece?, desalentador, ¿verdad?. ¿Cuál es el problema de Ángel, Pedro y Paula?, ¿Qué futuro le espera a esa organización?, creo que esta imagen lo ilustra bastante bien.





Al cabo de un tiempo,  el Director General de la empresa, se percata de que el nivel de resultados del Departamento ha bajado considerablemente y piensa qué puede hacer para mejorar esta situación. Se plantea que lo mejor es hacer una reestructuración del  Departamento y contratar a personal nuevo. No quiere tener "vagos" en su empresa y “total, con la cantidad de gente que hay en el paro, seguro que encuentra a alguien con más ganas de trabajar”…, piensa.

Cuando le comenta este hecho a su socio, éste le insta a replantearse su decisión. Juntos recuerdan que cuando Ángel, Pedro y Paula se unieron a la organización, eran personas que se caracterizaban por su proactividad, entrega y exigencia profesional; habiendo superado durante años los objetivos marcados y aportado un gran valor a la compañía. 
Finalmente, deciden indagar en cuál puede ser el problema que está ocasionando el bajo rendimiento actual; quizás hay algo que ellos no están haciendo bien y deben hablar con su equipo, exponerles la situación y ESCUCHAR sus razonamientos, para tratar entre todos de encontrar la mejor solución al problema. 

Lo que pretendo hacer ver con este ejemplo, es que la desmotivación laboral no entiende de edades ni cargos y que independientemente de que seamos de una u otra Generación, con espíritu colaborativo y mentalidad abierta, todos los problemas son fácilmente abordables.

Siguiendo la línea, de mi primer artículo, en este vamos a centrarnos en cómo podemos motivar a nuestros “compis” de la Generación Y. ¡Vamos allá!

Una de las críticas más comunes que se suele hacer a los miembros de la Generación Y, es que son difíciles de entender y retener ya que, se preocupan más por disfrutar de su trabajo que por hacer carrera dentro de una organización. Por mucho que nos duela, no se puede negar que esta crítica tiene su parte de razón pero hay que matizar ciertos puntos.
Esta actitud tan criticada del Gen Y, tiene su explicación en que sus aspiraciones profesionales se basan en seguir un sueño, siempre buscando el reto constante y cumpliendo sus propios objetivos. 
Por supuesto que quieren disfrutar de su trabajo, y están abiertos al cambio y a la rotación constante para poder conseguirlo. ¿No es eso lo que deberíamos hacer todos?, a lo largo de nuestra vida dedicamos más tiempo al trabajo que a cualquier otra actividad, ¡pues vamos a disfrutarlo!, ¿no?. De esta manera, no sólo obtendremos mayor satisfacción profesional y personal, sino que también seremos más productivos, beneficiando así a nuestra organización. 
No es del todo cierto que no quieran hacer carrera, dentro de una organización, claro que están dispuestos a ello pero con la condición de que se les ayude a desarrollarse, para poder alcanzar su ansiado sueño.

Según un artículo de la página web MediaPost, las cifras hablan por sí solas: un 89% está de acuerdo en que es importante estar aprendiendo constantemente en el trabajo; un 50% preferiría no tener trabajo a estar en un trabajo que odien y el 95% está motivado por trabajar más, si sabe realmente dónde va su trabajo. Entonces, ¿cómo podemos convencerles para que se pongan la camiseta de la empresa?


El principal problema a la hora de gestionar equipos compuestos por integrantes de esta Generación, es que ellos no se van a “comprometer a nada” simplemente por un salario y unas promesas a largo plazo; la cuestión aquí no es cómo “hacerles pasar por el aro”, sino cómo podemos adaptar este “aro” a sus competencias profesionales e intereses personales:
  • Esperan oportunidades para poder desarrollar sus competencias. Pues vamos a darles retos que pongan a prueba sus capacidades y a dejarles liderar proyectos, o proponer mejoras en los procedimientos existentes. No vale con un “esto siempre se ha hecho así”, ellos quieren una comunicación de doble vía para saber cuál es su aportación individual al éxito corporativo.
  • Necesitan que se valoren sus aportaciones, por ello debemos dejarles participar, escuchar sus ideas, tomarlas en consideración y si las descartamos, explicarles por qué. Por ejemplo, si nos proponen lanzar un vídeo publicitario a través de YouTube, en vez de utilizar los tradicionales folletos, no debemos obviar la idea sólo porque nos "suene a chino eso del YouTube".  
  • Hay que darles trabajo en forma de proyectos, ya que quieren saber qué han de hacer y por qué es valioso, sin olvidar explicarles cómo queda engarzado ese trabajo en el esquema completo.
  • Apuestan firmemente por la conciliación entre la vida profesional y personal. Pues promovamos el teletrabajo y démosles flexibilidad para que desarrollen su trabajo desde donde quieran y cuando quieran. Siempre, con objetivos concretos y fechas límite claramente definidas. O ¿de verdad pensamos que un empleado/colaborador va a ser más productivo sólo por el hecho de estar 8 horas en el puesto de trabajo?. 
  • Demandan tener claras las posibilidades de promoción y desarrollo que hay en la compañía. Entonces necesitamos sistemas de evaluación claros y veraces, con objetivos definidos y que valoren la aportación real que hace cada miembro del equipo. Esto también es beneficioso para la compañía ya que, de esta manera, podrá  saber quienes son los verdaderamente buenos y que merece la pena retener.
Todo esto es importante ya no sólo porque en un entorno profesional tan competitivo como el actual, las empresas deben "luchar" por retener el mejor talento, sino también porque no se pueden permitir un gasto ingente de tiempo, esfuerzo y recursos en "atraer a los mejores", para después dejarles estancados. 
Si las empresas caen en este error, corren el riesgo de convertirse en escuelas de formación y llegarán otras que valoren el potencial del capital humano de esa organización y se lo llevaran.  Como se ha apuntado antes, esta Generación tiene asumido que el trabajo no es de por vida y que los primeros años, quizá deban cambiar en varias ocasiones para seguir desarrollando su talento.  Una vez que el talento escapa, nadie podrá quejarse si no ha sido "un buen jardinero" y no ha regado su jardín, ni cuidado sus flores como debería.

7 comentarios:

  1. Creo que hay demasiada gente así. Quizá me voy un poco por las ramas, pero desde pequeñitos nos educan de tal forma que seamos todos iguales, como máquinas de trabajar, sin motivaciones, simplemente por que "es lo que se debe hacer" estudiar, tener una carrera, trabajar, casarse, formar una familia... La gente repite esto una y otra vez por que es algo que les han enseñado, que se les han impuesto en su manera de ver las cosas. Si la forma de educar fuera otra, interesándose de verdad en las virtudes y los gustos de la gente, el mundo laboral sería totalmente distinto.
    Creo que mucha gente es así en su trabajo por que en realidad no sabe qué es lo que de verdad les gusta hacer, ni cuáles son sus virtudes, ni qué se les da bien, y eso es algo francamente, muy triste, por que, todas esas virtudes y dones que permanecen ocultos en la gente como si de diamantes en bruto se tratara, son claramente hechados a perder.
    Una lástima.

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  2. Vale no lo había leído todo. Pero dejo lo anterior por si te parece interesante para más adelante.

    Por otro lado, me siento muy identificada con lo que has descrito, puesto que yo desde pequeña he tenido un gran sueño, y aún ahora lo estoy persiguiendo, y es una lucha personal, que me está poniendo a prueba cada dos por tres y desde diferentes puntos de vista.
    Nunca he querido un trabajo de 8 horas metida en una oficina delante de un ordenador, yo no estudié para eso, cada uno tiene sus gustos y quizá a alguien le agrade, pero yo no puedo hacer eso, nunca me convertiré en una máquina.
    Es como tú dices, Isa, para algo pasajero, para adquirir nuevas experiencias, aprender cosas, y no sólo en el campo laboral, si no también para crecer como persona, sí que aceptaría un trabajo así, pero acabaría dejando pasado un tiempo, ese tipo de puesto, por que sería desaprovechar mi vida, mi habilidades.

    Te pongo un ejemplo real, que también podría incluirse en mi comentario anterior.
    Gaudí, arquitecto catalán de principios de siglo XX, diseñó esas maravillas que se ven en su gran mayoría por Barcelona, sus obras rezuman alma propia, a todo el mundo les gusta, entendidos y no entendidos. Y una de las razones por las que éste hombre consiguió esto, es por que él mismo entrevistaba y llegaba a conocer a cada uno de sus trabajadores (u obreros) descubiendo, qué determinadas cosas se le daban mejor, y disfrutaban haciéndolas, para darles esa tarea, y así, cada una de sus pequeñas partes construidas por esos obreros satisfechos con sus trabajos, que al reunir todos esos pequeños trabajos en una sola creación, resulta ser una gran obra maestra, no sólo mérito del arquitecto, si no también, de la gente que ha trabajado en ella para construirla.

    De nuevo, me gusta leerte Isa, me haces consciente de cosas que de alguna forma sabía, pero que no había reparado en ellas de manera tan clara. Sigue escribiendo!

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  3. Hola Miri!

    Muchas gracias por pasarte por la que considero mi casa y dejarme tu comentario. Me parecen muy interesantes tus dos reflexiones y te doy las gracias por ellas, ya que me has dado un par de ideas para futuros posts :-).
    Te doy toda la razón en que hay muchas personas que se han convertido en zombis laborales porque se han resignado con su situación y han dejado de perseguir ese sueño que todos tenemos.
    Por eso hay que pararse a pensar en qué es lo que realmente nos gusta hacer, qué se nos da bien y perseguirlo con ahínco hasta conseguirlo, la sensación de plenitud que experimentaremos entonces, no tendrá precio.

    Me alegro mucho de que tú estés luchando por conseguir tu sueño, ten paciencia y no desistas, no será un camino fácil pero nada que merezca realmente la pena lo es, todo el esfuerzo se verá recompensado cuando ese sueño, se convierta en realidad.

    Me ha encantado la historia de Gaudí que me has dejado, todo un ejemplo de una buena gestión del talento y de trabajo en equipo!

    Ah! y muchas gracias por los ánimos que me das, me agrada saber que leer mi blog te sirve de ayuda, al fin y al cabo ese era mi propósito al crearlo y siempre enorgullece saber que estás consiguiendo tu objetivo.

    Un abrazo!

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  4. Me parece un fantástico post. Yo, que pertenezco a la generación XX (digamos del siglo XX), durante el 99% de mis treinta años en grandes empresas conseguí disfrutar en el trabajo y todo ello porque tuve, o me lo imaginé, un objetivo claro y una percepción del valor que para mí y para mis empresas creaba cada día. Cito a Confucio: "Encuentra un trabajo que ames y no tendrás que trabajar el resto de tu vida"

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  5. Hola Eloy!

    Muchísimas gracias por tu valiosa aportación. Te doy toda la razón, tenemos que pensar en qué es lo que realmente queremos hacer (que no necesariamente, tiene que ser lo que estemos haciendo ahora) y luchar sin descanso por dedicarnos a ello. Cuando lo consigamos, dejaremos de trabajar por obligación, para hacerlo por devoción; es la única manera de conseguir la plena satisfacción profesional, por supuesto que no será un camino fácil, pero ¿quién dijo que el camino al éxito lo era?.
    Es vital tener claras nuestras debilidades y fortalezas, trabajar en ambas, trazar un plan de acción y ponerse manos a la obra!.

    Me quedo con la frase de Confucio, que resume en pocas líneas, todo lo expuesto.

    Muchas gracias de nuevo por compartir tu experiencia.

    Un saludo y que tengas una estupenda semana! :-)

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  6. Demasiada gente se va hacia el camino fácil o cómodo, por que teme la dificultad de perseguir ese sueño, teme caerse y fallar. O simplemente que aun no saben qué es lo que de verdad necesitan, sólo creen saberlo.
    Hace poco escuché una frase en una canción inglesa "nunca dejes que tu miedo decida tu destino", una verdad como un templo. Y es que demasiado amenudo dejamos que el miedo nos cierre muchas puertas, y lo peor de todo, es que lo hacemos nosotros mismos y nos mentimos sobre ello, poniendo excusas...

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  7. Hola Sayo!
    Es un placer volver a verte por aquí! :-) La verdad es que parece que me has leído el pensamiento porque la entrada en la que estoy trabajando ahora y que si nada me lo impide, saldrá mañana está muy relacionada con el comentario que me has dejado. Por ello, te invito a que me visites de nuevo y le eches un ojo para ver si está en línea con la idea que transmites en tu comentario.

    Mil gracias por estar ahí!

    Un abrazo y feliz semana!

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